Entrenamientos para raids ecuestres

Probablemente estés leyendo este post porque tengas intención de realizar un raid ecuestre y busques informarte previamente sobre los entrenamientos y los requisitos necesarios para practicar esta disciplina.

En primer lugar, debes tener en cuenta que durante un raid se ponen a prueba la velocidad, habilidad y la resistencia física y psicológica tanto del caballo como del jinete.

Un raid es una carrera de larga distancia en la que se recorren en un día alrededor de unos  160 km. Además, el trayecto se desarrolla en pocas horas y por distintos tipos de terreno y entornos naturales. De hecho, algunas zonas por las que cabalgarás albergarán alguna complejidad, ya que podrás encontrar descensos o pendientes, e incluso, en otras, la propia vegetación será un obstáculo que dificulte tu paso.

Por este motivo, debes tener presente que tanto tu preparación física como la de tu caballo debe ser excelente. Y no solo  para que ambos podáis mantener un ritmo adecuado durante todo el recorrido, sino para que al finalizar la prueba tu caballo tenga las pulsaciones permitidas, ya que si no es así, el jinete será eliminado.

Una rutina de entrenamiento con una frecuencia de 3 a 4 días a la semana será suficiente para cubrir todas las expectativas durante un raid. Al mismo tiempo, de forma casi diaria, deberás controlar la salud del caballo, comprobando, por ejemplo, sus patas por si han sufrido alguna lesión o si necesita algún cuidado especial. Tampoco puedes dejar de lado aumentar la frecuencia de las visitas al veterinario.

Por lo general, los entrenamientos suelen hacerse en grupo y es muy aconsejable que los miembros del mismo tengan habilidades similares para que puedan seguir un ritmo parecido. Aun así, es recomendable que cada uno se esfuerce dentro de sus posibilidades para poder completar todo el itinerario.

La preparación psicológica también es un factor fundamental a tener en cuenta durante el desarrollo de este tipo de travesías, puesto que tu fortaleza mental será tu aliada para resolver los imprevistos que vayan surgiendo. Ten en cuenta que no recibirás ayuda externa, salvo situaciones de gravedad, ni podrás diponer de ningún elemento o ayuda externa que te facilite avanzar durante la ruta. Sin embargo, podrás contar con el uso de medios deportivos no motorizados y de seguridad para poder recorrer los terrenos más arriesgados, sin olvidarnos de los mapas con los que podrás orientarte.

Otra cuestión importante en un raid es que además de realizarse en todo tipo de terrenos y entornos naturales, se desarrollan en muy pocas horas. Así pues, tendrás que tener presente que el tiempo del que dispones será limitado y por consiguiente aumentará la complejidad del entrenamiento. Sin embargo, te aseguramos que este esfuerzo merecerá la pena sin duda alguna.

Por otro lado también debes saber que existen diferentes destinos especializados en entrenamiento para raids ecuestres. En función de la época del año en la que quieras realizar esta actividad y el tiempo del que dispongas para hacerla podrás decantarte por uno u otro lugar. Además, dependiendo también del destino que elijas podrás llevar a cabo desde entrenamientos que duran varias semanas hasta otros que son de un solo día.

A la hora de decidir qué caballo quieres montar para el entrenamiento tendrás que tener en cuenta su procedencia y capacidad atlética. Ten en cuenta que no es lo mismo hacer una trayectoria de este tipo montando en un caballo que se ha criado en en el campo en libertad que el que ha crecido en un paddock, ya que este último estará mucho más preparado y musculado para entrenamientos de raids en los que se necesita un caballo con mucha resistencia física.

Por último, y si alguna vez te has preguntado el motivo por el cual los raids generan cada año más adeptos, podemos responderte diciéndote que se debe a la combinación de emoción y aventura que reúne este deporte. Una disciplina, que además permite a los amantes de los caballos un contacto muy directo tanto con el animal y la naturaleza más salvaje, permitiéndoles conocer al mismo tiempo parajes y lugares singulares a los que de otro modo no tendrían acceso.